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Cinco tibetanos muertos por disparos de la policía durante manifestación pacífica

21 ago.- Cinco tibetanos han muerto por heridas de bala después de que la policía china abriera fuego durante una protesta pacífica ocurrida la semana pasada en la provincia de Sichuan (oeste del país), según informó hoy Radio Free Asia (RFA).

En un comunicado, el medio estadounidense denuncia que la muerte de los cinco manifestantes fue provocada por la negativa de las fuerzas de seguridad a tratar sus heridas de bala mientras se encontraban en los centros de detención.

Los cinco muertos, de entre 18 y 60 años de edad, fueron heridos y arrestados junto a «docenas de personas más» mientras participaban en una «marcha pacífica» el pasado 12 de agosto en la ciudad de Sershul, situada en el condado de Shiqu, donde el 96 por ciento de la población es de etnia tibetana.

Según las fuentes de la organización, dos de los fallecidos perecieron en un centro de detención el pasado domingo -uno se suicidó y otro murió por las heridas no tratadas-, mientras que los cuerpos de los otros tres, miembros de la misma familia, fueron entregados a sus allegados el lunes «tras sucumbir a sus heridas».

La ciudad de Sershul se encuentra en una zona limítrofe entre el Tíbet y el resto de China donde en los últimos años se han producido los mayores enfrentamientos entre tibetanos y autoridades chinas.

Radio Free Asia, citando a manifestantes, asegura que se ha negado la asistencia médica a muchos de los heridos y acusa a las fuerzas de seguridad chinas de «actuar con total impunidad y violar de forma flagrante los derechos humanos de los tibetanos».

Durante los últimos dos años más de un centenar de personas de etnia tibetana se han inmolado en protesta por la represión que vive su etnia y como una manera de reclamar el regreso de su líder espiritual, el Dalái Lama, exiliado en la India desde 1959.

El régimen chino acusa al líder espiritual y al Gobierno Tibetano en el Exilio -con sede en Dharamsala, en el norte de la India-, de alentar las protestas y las inmolaciones con fines políticos.

China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos en el exilio argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independiente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas en 1951.